Hola, te agradezco que te hayas tomado un poco de tu tiempo para entrar y leer este pequeño devocional, espero sea de bendición a tu vida, te invito a que medites en ello y compartas para que más personas puedan ser alcanzadas. ¡Dios bendiga tu vida!
Me gustaría comenzar con una pregunta… ¿qué es lo primero en tu vida?, ¿está como que muy compleja no? Como cristianos sabemos por conocimiento que Dios debe ser siempre el primero en todo, por encima de todo… pero a veces no lo vivimos realmente, nos enfrascamos tanto en el día a día con las cosas que tenemos por hacer que al final dedicamos un poco de nuestro tiempo a Dios o ni eso, siempre ponemos excusas de ‘’tengo mucho trabajo/tarea, necesito dedicar el tiempo a mi novio/a, a mi familia, mis amigos’’ etc. Ponemos a Dios en segundo o incluso ni si quiera lo contemplamos, lo ponemos por debajo de nuestras necesidades y deseos, que mal, ¿no?…
Leí algo en Hageo que me llamó la atención y quiero basarme en ello. A pesar de que Hageo es un libro pequeño, está lleno de desafío y promesa, y nos recuerda el llamado de Dios en cuanto a las prioridades y nos deja una gran reflexión.
¿A qué le hemos dedicado tanto tiempo?, ¿qué hemos dejado en pausa? ¿cuánto hemos procrastinado nuestra relación con Dios?
Hageo 1:4 dice: Dios preguntó a su pueblo, «¿Cómo pueden vivir en el lujo cuando mi casa está en ruinas?
Dios está hablando a su pueblo después de que este fue liberado del cautiverio de Babilonia, regresaron a su tierra y encontraron todo destruido, entre todo: el templo de Dios, símbolo de la relación de Dios con Judá. este había sido construido durante el reinado de Salomón; era un templo hermoso sin comparación, orgullo de los Israelitas.
Uno pensaría que después 70 años en cautiverio, cuando por fin tuvieran la oportunidad de reconstruirlo lo harían, pero no fue así; después de 15 años de regresar a su tierra, ¡el templo seguía en ruinas!, 3l pueblo dejó en último lugar templo de Dios y embelleció sus propias casas, vieron primero por sus necesidades y sus prioridades estaban muy alejadas de Dios, la Biblia menciona que sus casas estaban en las mejores condiciones, eran casas lujosas. (Hageo 1:4)
Vemos un pueblo ocupado en sus propias cosas, antes que su relación con Dios, y esto no es muy distinto a lo que hacemos nosotros hoy en día.
Nuestros valores y prioridades se reflejan en la manera en que utilizamos nuestros recursos: tiempo, dinero, fuerza y talento. Con frecuencia las acciones contradicen las palabras que decimos: que Dios es el número uno; pero luego lo tenemos en nuestra lista de “cosas que debo hacer”
Cuando el pueblo inició la reconstrucción del templo se volvieron a desanimar porque comparaban el templo de Salomón con lo que ellos estaban haciendo, pero olvidaban que Salomón era rey, el pueblo estaba en un buen momento, había riquezas y tenían los medios para hacer todo de manera excelente; quizá nosotros en este momento no tenemos todo para hacer un templo perfecto, pero podemos iniciar con lo que tenemos en nuestras manos y por lo más importante: dar el primer lugar a Dios y dejar de comparar nuestro templo con el de alguien más.
Tu relación con Dios no es igual a la de tu amigo y Dios, y eso está bien. Dios no desea la misma relación que tiene con alguien que contigo, quiere una diferente, una propia y única.
Si hoy has estado más preocupado en hacer tus propias obras que en tu relación con Dios, ¡detente!, esto no es lo que la palabra de Dios nos enseña. (Mateo 6:33). O si tu sientes que nunca has tenido una relación con Dios, inicia un pronto, ¡inicia hoy!, el caminar es largo, pero es de poco a poco, no dejes pasar 15 años, no esperes a tener todo arreglado, tu trabajo, tu familia, tus estudios, tus finanzas, tu vida para sentirte satisfecho. Dios lo es todo.
La Biblia es muy clara, nos dice: Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no quedan satisfechos; beben, pero no llegan a saciarse. Hageo 1:5.
Nada ni nadie llena el vacío, solo Dios en nuestra vida lo puede llenar, te invito a poner a Dios en primer lugar, que Él sea, lo primero en tu vida.
Dios te bendiga.